196 partituras del Archivo de Música llegan a Biblioteca Nacional Digital

Diversas ediciones –incluso algunas manuscritas- de música escrita por Leni Alexander, Antonio Alba, Armando Carrera, Ramón Carnicer, Luis Stefano Giarda, Rodolfo Lucero, Carmela Mackenna y Celerino Pereira se suman a los objetos digitales del sitio web de la Biblioteca Nacional de Chile.

27 de agosto de 2018

Partituras editadas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX son las últimas incorporaciones a la sección Archivo de Música de la Biblioteca Nacional Digital. Además de estos documentos, se suma la colección de partituras de la compositora Leni Alexander, que data de la segunda mitad del siglo XX. En total, se digitalizaron 2772 páginas, que corresponden a 196 registros y 260 archivos digitales.

El material digitalizado fue seleccionado por el Archivo de Música en base a dos criterios principales: los registros más consultados por los usuarios - que considera incluso aquellos documentos solicitados por investigadores internacionales- y el material que hasta ahora estaba accesible a público solamente a través de microfichas. Así, las nuevas digitalizaciones permiten a los usuarios acceder a una reproducción más cercana al documento original.

Los documentos, disponibles en la sección Colecciones del Archivo de Música de la Biblioteca Nacional Digital, consisten en diversas ediciones de partituras. Además de leer la música, estas ediciones dan luces de las preferencias musicales, las modas de la época y los compositores más populares. Incluso algunos documentos cuentan con anotaciones manuscritas, que entregan información complementaria.

Las composiciones que se publican en la Biblioteca Nacional Digital datan de fines del siglo XIX a la segunda mitad del siglo XX. Entre la música más antigua están 7 ediciones y arreglos del himno nacional de Chile, creadas por el catalán Ramón Carnicer; 92 partituras de composiciones del guitarrista de origen español Antonio Alba -cuyo nombre real era Juan Antonio Hava Ferré- ; y 15 valses compuestos por Rodolfo Lucero.

De la primera mitad del siglo XX, se presenta la obra más reconocida del compositor y músico Celerino Pereira: Gran misa (19--), música para coro a 5 voces con acompañamiento de órgano, que según el libro Músicos Chilenos Contemporáneos (1919) fue descrito por el Diario Ilustrado como "la obra nacional hasta hoy, de más aliento, de mayor elevación y nobleza de cuantas aquí se hayan producido".

También de ese período, la Biblioteca Nacional Digital publica 21 partituras de Luis Stefano Giarda, italiano que vivió desde 1905 en Chile y que además de ser compositor, fue intérprete y formador de cantantes líricos. Armando Carrera es otro compositor de principios del siglo XX que gozó de gran fama, con obras de ritmos populares como fox-trot, shimmy-fox, one step, vals, tango y fado. 25 partituras de sus obras pueden ser consultadas en la Biblioteca Nacional Digital.

La destacada compositora Carmela Mackenna (1879-1962) desarrolló gran parte de su producción musical en el extranjero, pero su obra no es muy conocida en Chile. 21 de sus partituras ahora están disponibles en la Biblioteca Nacional Digital.

De la segunda mitad del siglo XX, se han puesto a disposición para la descarga las partituras de Leni Alexander (1934-2005), pianista, profesora y compositora que emigró desde Polonia a Chile en 1939. Su obra, de reconocimiento internacional, fue donada por sus hijos Bastián y Andreas Bodenhöfer a la Biblioteca Nacional en 1988, y ahora 12 de sus partituras están digitalizadas. Algunas de ellas son objetos digitales complejos, que reúnen varias partes, debido a que fueron creados para conjuntos instrumentales u orquestas. Así, cada partitura corresponde a distintos instrumentos. De esta manera, Par quoi? Pour quoi? (1970) tiene 11 partes, Ils se sont perdus dans l'espace étoilé… (1974) reúne 24, y A false alarm on the nightbell once answered it can not be made good, note ever (1978), considera 11 partes, entre ellas un manuscrito de 74 páginas.

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