
Hasta hoy no ha sido posible determinar con exactitud la procedencia y la filiación étnica del Niño del Cerro El Plomo. Sin embargo, desde su descubrimiento se ha postulado que su origen estaría en alguna comunidad del Collasuyu, provincia que comprendía la parte sur del Imperio Inca, abarcando desde el altiplano peruano-boliviano hasta Chile. Este postulado se funda en el estudio de su vestimenta y adornos y en la revisión de crónicas de la época.

Felipe Guamán Poma de Ayala, cronista indígena del siglo XVII, en El primer Nueva Corónica y Buen Gobierno (1615) describe a un jefe del Collasuyu que porta un adorno de plata bajo la barbilla, un brazalete y calza mocasines.
Estos tres elementos coinciden con la indumentaria del niño del Cerro El Plomo, por lo tanto esta hipótesis tiene sentido hasta que no se descubran otros aspectos que pudieran ofrecer nueva información sobre su procedencia.
Niño del cerro El Plomo: una valiosa pieza antropológica
Hace más de 500 años, el niño fue enterrado vivo a 5.400 metros de altura, como una ofrenda al dios inca Inti (Sol). Su cuerpo congelado es un testimonio visible de la antigua ceremonia de la Capacocha.