OBRAS EN EXPOSICIÓN BRASIL BRASILEIRO


La muestra, cuyo título proviene de las primeras estrofas de la canción popular Aquarela do Brasil, creada en 1939 por Ary Barroso, llega a Chile en el marco del Bicentenario del Banco do Brasil fundado en 1808. Brasil Brasileiro se exhibió durante los años 2008 y 2009 en los centros culturales del mismo banco ubicados en Sao Paulo y Río de Janeiro.

Entre las obras que integran la exposición figuran trabajos de Emiliano di Cavalcanti, Cícero Dias, Rubens Gerschman, Antonio Henrique Amaral, Alberto da Veiga Guignard, Benedito Calixto de Jesús, Claudio Tozzi y Heitor dos Prazeres.

De la Academia a nuestros días

La Academia Imperial de Bellas Artes (AIBA), fundada en Río de Janeiro en 1826, infundió rígidas normas neoclásicas. A pesar de obedecer principalmente a cánones traídos de Francia e Italia, la pintura brasilera fue adquiriendo poco a poco gestos más locales.

La cercanía al paisaje brasileño se aprecia en el trabajo del pintor João Batista Castagneto (Génova, 1851- Río de Janeiro, 1900), quien estudió en la Academia Imperial entre 1882 y 1884, recibiendo la influencia del profesor Georg Grimm, artista que rompió con la AIBA, creando un taller al aire libro. En su obra Playa e Iglesia de Santa Lucía (1885) de Castagneto, se advierte el rompimiento del artista con las normas académicas y el inicio de la pintura al aire libre. Con éste y otros artistas el paisaje dejó de ser un escenario para transformarse en un protagonista.

Sin embargo, la voluntad explícita de producir una estética brasileña surgió en la primera mitad del siglo XX, con los modernistas. Los artistas Tarsila do Amaral, Emiliano Di Cavalcanti, Cícero Dias ejercieron una pintura con un predominio de elementos propios de la cultura brasileña. En la década de 1930 con el fortalecimiento del comunismo en Brasil, los temas políticos e ideológicos impregnaron las temáticas pictóricas. Los artistas que se adhirieron al comunismo, representaron las particularidades de la realidad brasileña. Tarsila viajó a la Unión Soviética en 1931 y volvió con un claro interés por representar temas sociales. Fue a partir de esta época que los artistas se preocuparon de la lucha de clases, como es el caso de Candido Portinari.

A pesar de la influencia política, la pintura brasileña no perdió el aspecto lírico ni dejó de ser sensible a la religiosidad o el carácter festivo de la cultura popular. Es el caso de Alberto Guignard y Alfredo Volpi.

La figuración cuestionada tras la Bienal de Sao Paulo, abre las puertas a la abstracción en la década de 1950. El abstraccionismo constructivo causó gran polémica y desempeñó un papel renovador, en tanto que la abstracción informal integró el arte brasileño a las corrientes internacionales.

Con artistas como Ivan Serpa, Rubens Gerchman y Claudio Tozzi, una nueva figuración irrumpió con fuerza a partir de 1960 e incorporó la experiencia obtenida a través del abstraccionismo. Como explica el curador, "fueron años marcados por luchas ideológicas, contra la dictadura militar o el imperialismo norteamericano". En la década de 1980, con los cambios provocados por el arte conceptual, los artistas que se mantuvieron fieles a la figuración fueron marginados de la crítica y del mercado. Perseveraron en esta senda, centrados en la figura humana, artistas como Ibere Camargo, Rubens Gerchman y Siron Franco.

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Materias: Artes visuales
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