Rincón Infantil

Biblioteca Pública de El Carmen, VIII región

Biblioteca Pública de El Carmen, VIII región

Crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años es la primera misión que señala el Manifiesto de la Unesco y de la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA) sobre bibliotecas públicas.

La Subdirección de Bibliotecas Públicas, que adhiere totalmente a estos lineamientos, ha impulsado la creación de las salas y/o rincones infantiles en cada biblioteca pública, con el fin de estimular el placer por la lectura en los niños: ellos son los lectores de hoy y del futuro si somos capaces de ofrecer libros, actividades y ambientes adecuados para desarrollar el gusto por la lectura.

La iniciativa comenzó en 1995, al conjugarse diversos factores, como la asignación de un fondo para la adquisición de libros a la Subdirección en 1992, la creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, 1993, y la publicación de las Librografías, producto del Comité de Selección de Libros para Niños y Jóvenes.

La Subdirección ha asegurado que el 100 por ciento de las bibliotecas cuenten con una buena colección de literatura infantil. La idea es destinar espacios físicos dedicados a los niños en las bibliotecas, donde se sientan no sólo acogidos sino estimulados a una actitud creativa en sus distintas expresiones. Lo importante es potenciar el lenguaje, la recepción y comunicación de impulsos de creación. Por esto es importante el mobiliario: los muebles a la medida de los niños, cojines, alfombras; la decoración apela a la fantasía utilizando colores, formas e imágenes atractivas. Los libros se encuentran en estantes al alcance de los niños.

Las actividades de los rincones infantiles son variadas en su forma y contenidos: no sólo invitan a leer, también a escuchar cuentos, dramatizaciones, títeres, pintura, música, poesía. Los niños no son sólo receptores, se incorporan al expresarse en sus diversas formas de lenguaje.

Las actividades de los rincones convocan a la biblioteca a diversos sectores de la comunidad: junto a los niños acuden profesores, padres y hermanos. Los abuelos los acompañan y en muchas ocasiones les refieren historias y leyendas locales, aprendidas de sus mayores. Aquí se junta la riqueza de la tradición oral y la memoria colectiva. Estos niños serán capaces de narrar estas historias a sus futuros nietos. Así se mantiene vivo el patrimonio cultural.

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Materias: Institucional
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