Año: 16551840
Tipo: Minisitio
id BN: 49808987746991301746313134430855114643694745706352965131419269765816521758341973963970246505172412426
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Las bibliotecas coloniales pertenecieron, principalmente, a algunas órdenes religiosas, un par de ellas a instituciones educacionales y solo algunas fueron de índole privada. La posesión de libros durante la colonia en Chile era privilegio de aquellos que sabían leer y tenían, además, los recursos materiales para adquirir o conseguir libros.
La escasa cantidad de bibliotecas que existían en territorio chileno durante la colonia obedece al contexto político del país: Chile era una Capitanía General que durante más de dos siglos vio restringido su desarrollo por la Guerra de Arauco. Estas condiciones contribuyeron a conformar una sociedad militarizada, ajena a cualquier tipo de búsqueda cultural y controlada por un clero conservador. A lo anterior se suma que, a partir del siglo XVI, la monarquía española estableció sobre sus dominios un estricto control sobre la impresión y circulación de libros, permitiendo el comercio e ingreso a América solo de aquellos impresos coherentes con los dogmas y principios de la fe católica y la corona española. En el caso de Chile, la fiscalización y censura ejercida por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición solo afectó la circulación de libros, ya que la imprenta recién llegó a principios en 1811.
Los principales centros bibliográficos de la época se concentraron en las órdenes religiosas y los centros educacionales que tenían a su cargo, donde se podían encontrar valiosos impresos y manuscritos. Para el clero católico, la biblioteca era una necesidad cotidiana en su quehacer pedagógico y pastoral. De estas, la biblioteca colonial más importante, en número y valor de ejemplares, la tuvo la Compañía de Jesús que, después de ser expulsada del Imperio español en 1767, pasó a la Universidad de San Felipe.
En menor cantidad, pero no menos importantes, las bibliotecas privadas y de uso particular pertenecieron a personas vinculadas al clero católico, como obispos y sacerdotes, o a médicos y abogados.
Debido al interés de sus dueños y las restricciones de la época, los libros que conformaban las bibliotecas coloniales eran principalmente de índole teológica y jurídica, dejando poco margen a los libros prohibidos, que prácticamente no existieron en los inventarios de las bibliotecas, situación que cambió recién a inicios del siglo XIX.
El valor de las bibliotecas variaba de acuerdo a la cantidad de volúmenes, peso de cada ejemplar, precio original de cada libro y, en último término, al valor simbólico de la publicación. Las tasaciones solían realizarse cuando una biblioteca se cambiaba de lugar o bien, cuando su dueño moría. Estos registros, en muchos casos, constitueyn las únicas fuentes con las que se cuenta en la actualidad para reconstruir la historia de las bibliotecas coloniales.
Durante el último período de la colonia en el siglo XVIII, el comercio con la corona aumentó ostensiblemente, lo que propició la importación de libros y el consecuente aumento en la formación de bibliotecas. Estas, aunque siempre modestas, reflejaban la incipiente introducción del libro en el mundo social y su valoración simbólica entre un pequeño círculo ilustrado que comenzó a diseñar pequeñas bibliotecas privadas. Ejemplos particulares de este fenómeno fueron Manuel de Salas y el coleccionista José Antonio Rojas, quien logró importar cerca de 25 cajas de libros desde Europa gracias a los permisos especiales que consiguió por parte de la Inquisición y el contrabando que hizo de varios títulos.
Hacia fines del siglo XVIII el libro era el reflejo de nuevas ideas y fue adquiriendo una creciente importancia en la vida cultural chilena. La posesión de libros funcionó como un elemento aglutinador de una élite constituida por abogados, obispos y profesores de la Universidad de San Felipe quienes, lentamente, a través de la adquisición de libros, abrazaron el nuevo espíritu de las luces.
Bibliotecas coloniales en Chile
El Bibliófilo chileno. Santiago :La Sociedad,1947-. v. ;28 cm.
Estudios sobre la época de Carlos III en el Reino de Chile. Santiago :Eds. de la Univ. de Chile,1989. 372 p. :retrs. ;26 cm.
Boletín de la Academia Chilena de la Historia. Santiago :La Academia,1933-. v. :il. ;26 cm.
Revista de bibliografía chilena y extranjera. Santiago :La Biblioteca, 1913-1918. 6 v. ;26 cm.
Historia. Santiago :El Instituto,1961-. v. ;25 cm.
El doctor don Santiago De Tordesillas. Santiago :Impr. Univeristaria,1943. 43 p. ;24 cm.
Bibliotheca hispana vetus : sive hispani scriptores qui ab Octaviani Augusti Aevo ad annum Christi MD floruerunt. Matriti :Apud viduam et heredes D. Joachimi Ibarræ, Regii quondam Typographi,1788. 2 v. ;36 cm. (4to)
Dissertaciones historicas del órden y cavallería de los templários, o, Resumen historial de sus princípios, fundacion, instituto progrossos y extencion en el concilio de Viena. Madrid :En la Oficina de Antonio Perez de Soto,1747. [46], 286 p. ;21 cm. (4to)
Politica para corregidores y señores de vassallos, en tiempo de paz, y de guerra : y para juezes eclesiasticos, y seglares, y de sacas, aduanas, y de residencias, y sus oficiales y para regidores y abogados, y del valor de los corregimientos, y gobiernos realengos y de las ordenes. Medina del Campo :Por Christoval Lasso y Francisco Garcia,1608. 2 v. ;31 cm.
Anuario de estudios americanos. Sevilla :El Consejo,1944-. v. :25 cm.
El libro en Chile. Santiago :Biblioteca Nacional,1982. 427 p. :il., facsims., retrs. ;25 cm.
Historia de la literatura colonial de Chile. Santiago de Chile :Libr. del Mercurio,1878. 3 v. ;23 cm.
Biblioteca hispano-chilena : (1523-1817). Santiago de Chile :Impreso y grabado en Casa del Autor,1897-1899. 3 v. :facsíms., viñetas ;28 cm.
Historia de la literatura colonial de Chile. Santiago de Chile :Libr. del Mercurio,1878. 3 v. ;23 cm.
Biblioteca hispano-chilena : (1523-1817). Santiago de Chile :Impreso y grabado en Casa del Autor,1897-1899. 3 v. :facsíms., viñetas ;28 cm.
Oracion funebre, que en las exequias de la Reyna Madre, la Augustisima señora Doña Isabel Farnesio. [Lima :s.n.],1767. [12], 50 p. ;21 cm.
Flos Sanctorum Nuevo Año Cristiano. Cadiz :Impr. y Lit. de la Revista Médica,1863-1865. 12 v. ;18 cm.
Historia del libro en Chile : (alma y cuerpo). Santiago de Chile :Lom,2000. 223 p. ;21 cm.
Historia de Carlos XII Rey de Suecia. Madrid :Impr. de Lorenzo Francisco Mojados,1740. [24], 240 p. ;15 cm. (8vo)
Se registran 8 bibliotecas particulares. Tres de ellas tenían un conjunto de más de 20 títulos y el resto tiene menos de doce.
1661Pedro de Azaña muere y deja una biblioteca de 855 libros.
16687 de marzo. Se comunica al Gobierno de Chile la primera Real Orden referente a la prohibición de libros.
1714El inventario de la biblioteca Mercedaria arroja 628 volúmenes donde predominan los libros de expositores, escolásticos y moralistas.
1743Se realiza la primera importación de libros a Chile, ordenada por don Silvestre Fernández de Valdivieso, quien introduce 25 cajones con libros.
1755Miguel de Alday y Aspee es nombrado Obispo de Santiago y trae consigo 1095 volúmenes de su biblioteca, avaluados en 3832 pesos.
1766La biblioteca del abogado Santiago de Tordesillas es inventariada con 196 títulos.
1767Con la expulsión de la Compañía de Jesús, sus bibliotecas, que juntas suman 20.000 volúmenes, son entregadas a la Universidad de San Felipe.
1767Fallece José Valerino de Ahumada y deja la biblioteca particular más importante del país, de un conjunto de 1499 libros.
1780El obispo Francisco José de Marán llega de Cuzco para hacerse cargo de la diócesis de Concepción. Viaja con un total de 997 volúmenes, los que a su muerte, en 1788, alcanzan los 2.058 ejemplares.
1794Juan Enrique Rosales recibe una partida de 306 títulos provenientes de España.
1799El inventario de la biblioteca franciscana revela que tienen una biblioteca de 3.032 libros.
1807Manuel Riesco realiza el primer encargo de libros a España de los cuatro que hará en los diez años siguientes.
1811Llega la imprenta a Chile.
1817Llega a Chile el Libertador José de San Martín, quien cruza Los Andes con su nutrida biblioteca compuesta de 751 volúmenes.
1820Se contabilizan 15 bibliotecas que cuentan con más de 20 títulos en Chile.
1832El gobierno compra la biblioteca de Manuel de Salas de 694 volúmenes.
1840Muere José Antonio Rojas quien deja su biblioteca con un total de 2.155 volúmenes.