200 años se cumplieron del nacimiento de la prensa escrita en Chile

Fuente: DIBAM

Sin mayor ostentación, en un silencio que no revela su importancia y linaje, en el Salón Bicentenario de la Biblioteca Nacional se encuentra la prensa en la que el padre del periodismo nacional, fray Camilo Henríquez, imprimió 62 ediciones de La Aurora de Chile, el primer periódico del país que, con sus textos ilustrados contribuyó a la emancipación del país. Obviamente, esos mensajes podían ser comprendidos por una minúscula parte de los chilenos: aquellos que sabían leer y escribir. A modo de colofón, el mensaje en latín que comienza a aparecer en la Aurora de Chile a partir de su N° 18 (11 de junio de 1812), ratifica su propósito libertario: " ¡Luce beet populos, somnos expellat, et umbras!", cuya traducción es: "Con su luz bendice a los pueblos, aparta el sueño y las sombras". Con 500 ejemplares por edición (aparecía los jueves), en la Aurora de Chile escribieron los chilenos más ilustrados de la época. Aparte del mismo presbítero fray Camilo Henríquez, lo hizo Bernardo de Vera y Pintado, Antonio José de Irisarri, José Manuel Gandarillas y el "taitita" Manuel de Salas Corvalán. Junto con el arribo de la imprenta a Valparaíso a bordo de la fragata Galloway, llegaron tres tipógrafos para manejar la maquinaria: Samuel Burr Johnston, William H. Burdidge y Simón D. Garrison, contratados por Mateo Arnaldo Hoevel (quien vendió la prensa al gobierno de Chile). La Aurora de Chile se vendía en la Oficina de Correos y en el almacén de don Roque Allende. El valor de suscripción, para los residentes en Santiago, era de 6 pesos el semestre. Para los habitantes de provincia el valor subía a 9 pesos, y para quienes vivieran en el extranjero y desearan una suscripción, su costo era de 12 pesos. La Biblioteca Nacional festeja los 200 años del periodismo chileno e invita a la ciudadanía a conocer la imprenta que dio origen a la Aurora de Chile, una voz libertaria que contribuyó con sus luces a la independencia del país.