Fotografía contemporánea
RETRATO: BERLÍN
Las transformaciones sociales, arquitectónicas y culturales que ha experimentado la ciudad alemana en los últimos 20 años, desde la mirada personal de un grupo de fotógrafos. Alrededor de 90 imágenes llegan a Chile gracias al Goethe-Institut. Desde el 15 de octubre al 20 de diciembre.
29/09/2009
Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes
A dos décadas de la caída del Muro de Berlín, el símbolo fronterizo que separaba el este y el oeste de la antigua ciudad y la reunificación, Berlín ha cambiado considerablemente. Casi toda la estructura social ha sido cuestionada y el resultado es una ciudad diferente en el ámbito político, intelectual y arquitectónico. Artistas y galeristas de todo el mundo se han instalado, especialmente en la parte oriental de la ciudad transformando Berlín en un centro productivo e intermediario único del arte contemporáneo.
Varios fotógrafos han sido partícipes de esta transformación visual. El enfoque de la mirada fotográfica se ha centrado en los seres humanos, sus entornos y espacios. En los interiores de la ciudad, Oliver Godow busca huellas de lo efímero en cuerpos atemporales, utópicos y llenos de absurdos. Alrededor del Potsdamer Platz, una plaza que en los años noventa fue el lugar de construcción más amplio de Europa, Stefanie Bürkle muestra fachadas elementales de situaciones reducidas, casi escenográficas. De esta variedad los arquitectos modernos escogieron fragmentos para las nuevas superficies urbanas.
Frank Hülsbömer se hace cargo de fachadas urbanísticas más allá de las estructuras arquitectónicas características. Esto puede apreciarse en el interior de la antigua academia de construcción de Schinkel (Schinkelsche Bauakademie, Unter den Linden) que en gran parte es sólo un esqueleto tapado con láminas que muestran la fachada original frente al demolido Palacio de República (Palast der Republik) donde se reconstruirá el castillo histórico junto al Humboldt Forum (Foro Humboldt).
La obra de Jens Liebchen se sitúa entre el documento y el concepto, el artista se interesa por la reproducción fotográfica de temas globalmente relevantes y sus interpretaciones. Básicamente muestra el contraste de un aeropuerto con su entorno como en su proyecto de obra Port A donde ejemplifica este enfrentamiento por medio de los tres aeropuertos urbanos en la ciudad de Berlín. Es un proyecto a largo plazo que se ampliará con otros centros de transporte internacional. También Armin Häberle concentra a veces, su enfoque fotográfico en aeropuertos, muestra visitas oficiales de gobierno y otros eventos públicos donde, a causa del alargado tiempo de exposición, los protagonistas se borran a sí mismos.
Una ciudad como Berlín en el intertanto nuevamente un mito, no sólo es representada por los edificios o la política sino que también por la gente que vive y labora en ella. Wiebke Loeper enfatiza temas personales, incluso íntimos, de niñez en Berlín y de acercamiento a la ciudad. En su trabajo fotográfico Moll 31 compara imágenes de un mismo lugar, exhibe fotografías de su casa poco antes de ser demolida y las contrasta con fotos de la casa en su infancia. En esta obra se puede observar toda la transformación arquitectónica y política del centro de la ciudad. La artista italiana Daniela Comani que vive en Berlín, también tiene una serie de fotos íntimas en blanco y negro que ha titulado un matrimonio feliz en la cual ella representa la parte masculina y femenina. Gerhard Kassner como fotógrafo oficial de la Berlinale (Festival de Cine Internacional de Berlín) retrata a los actores y directores internacionales que visitan la ciudad de Berlín durante el festival.
Christian Rothmann reúne en su serie de fotografías you and me una imagen atmosférica abstracta de la vida urbana junto al retrato de una persona que a su vez tiene un retrato del mismo fotógrafo en la mano. Estas fotos tienen su origen en todo el mundo como también en Berlín donde vive el artista.
Brigitte Waldach crea una conexión entre los lugares y la gente de Berlín a través de la agrupación de sujetos cotidianos en un desván vacío de un edificio histórico. En este escenario, la actriz berlinesa Fritzi Haberlandt tiene dos papeles distintos: como niña en un vestido ajustado y como mujer adulta que escribe pasajes de texto de la novela Malina de Ingeborg Bachmann en las paredes. Nace una atmósfera surreal y claustrofóbica que para muchas personas también es un símbolo de la ciudad de Berlín.
Curador Matthias Harder.-