Descubrimiento redujo sólo a días la navegación desde El Callao, que hasta entonces duraba más de seis meses. El archipiélago sirvió también de refugio a piratas y corsarios que asolaron las costas de Chile durante la Colonia.
El libro comienza con la historia del descubrimiento de las islas de Juan Fernández, medio siglo después de que Diego de Almagro explorara el Reino de Chile.
Cuenta Vicuña Mackenna que "...un día corrió la voz entre sus escasos i mal hallados pobladores, [...] que un piloto [...] había [llegado] a Valparaíso, siendo portador de una nueva i maravillosa significación náutica, jeográfica i especialmente mercantil" (Vicuña Mackenna, 1883: P.22). Se trataba del piloto Juan Fernández quien descubrió la isla "Más a Tierra" ahora Robinson Crusoe y el islote "Santa Clara", pertenecientes al archipiélago de Juan Fernández.
La importancia de este hallazgo fue crucial para los navegantes que transitaban desde el Callao hacia los puertos de la zona central y sur del país. Hasta ese entonces los viajes se hacían por la costa, navegando contra vientos y mareas adversas, lo que provocaban que la travesía durara más de seis meses. Después de conocerse la existencia de estas islas la navegación se redujo a días.
Otros capítulos destacados son los que cuentan sobre la relación que existe entre las Islas de Juan Fernández y los piratas y corsarios que asolaron a las costas de Chile durante la época Colonial.
Uno de ellos fue el famoso Bartolomé Sharp, quien desembarcó en La Serena, atacó la ciudad, y permaneció en ella durante tres días. En vista de que "sus intimidados i prófugos vecinos no le dieron el rico botín que por rescate requería" (Vicuña Mackenna, 1883: P. 109) saqueó e incendió la ciudad, escapando y refugiándose en Juan Fernández.
Juan Fernández: su historia contada por Benjamín Vicuña Mackenna
Desde que avistó la "tierra de Robinsón Crusoe i sus mil leyendas" en 1859, su autor se tomó 24 años para escribir esta exhaustiva investigación del archipiélago desde su descubrimiento hasta el siglo XIX.
Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk y Daniel Defoe
Benjamín Vicuña Mackenna debate sobre la veracidad de la novela de Defoe, y luego de descartar varias teorías, valida la tesis de que el personaje es una ingeniosa transfiguración del marino escoces.