La navegación mapuche cuenta con escasas pruebas directas debido al limitado desarrollo de la arqueología subacuática y al hallazgo descontextualizado de embarcaciones y herramientas asociadas.

Hasta 1971 los wampo se conocían sólo a través de crónicas españolas y relatos etnográficos. Ese año la historia y su estudio cambió pues ingresó al Museo Regional de la Araucanía el primer vestigio material que confirmó la existencia de la navegación mapuche desde tiempos prehispánicos.
La canoa provenía de la laguna La Flor, cercana al lago Colico, en la provincia de Cautín, y se extrajo del agua gracias a los trabajos de bomberos especializados en inmersiones. Referencias en la prensa local dieron cuenta de su hallazgo, sin embargo no hubo un proceso de intervención y restauración. En la actualidad esta canoa es parte de la muestra permanente de la institución y se conserva bajo condiciones adecuadas de temperatura y luminosidad.
En los últimos años, factores como el descenso de los cursos de agua, la revitalización de la cultura indígena y el interés de jóvenes investigadores por esta temática, han permitido recuperar restos materiales de canoas sumergidas en territorio lavkenche. Por ejemplo:

Aunque no se trate de un wampo, cabe mencionar el descubrimiento en 1996 de una dalca o canoa de tablones cosidos, rescatada casualmente producto de una fuerte baja en el nivel de las aguas del lago Chapo, provincia de Llanquihue. Fechada en el 460 A.P. es una de las más antiguas de la zona centro-sur y sus fragmentos forman parte de la colección del Museo Municipal Juan Pablo II de Puerto Montt (Carabias, Lira y Adán 2010).
A estos hallazgos se suman otras embarcaciones monóxilas descubiertas en Neuquén y Río Negro, Argentina. La primera se encontró en 1978 a raíz de un rescate subacuático en el lago Nahuelhuapi, y hasta 2008 las piezas similares encontradas en la zona alcanzaban las 15 (Braicovich y Caracotche 2008).
Los restos descubiertos confirman que estas canoas eran adecuadas a los ríos de esta zona, veloces y caudalosos, gracias a sus cascos sólidos y resistentes a los choques con rocas y troncos sumergidos.
Para los arqueólogos Carabias, Lira y Adán, la navegación fue un importante mecanismo de integración social y territorial, pues posibilitó un activo intercambio material y la generación de alianzas entre grupos humanos, como el caso de los pueblos serranos y pampeanos en tiempos prehispánicos (2010, 102).
En la actualidad aún es posible ver que la población mapuche se traslada en wampo en el lago Budi, en Lleu-Lleu y en Toltén, provincia de Cautín. Pese a que esta práctica tiene principalmente fines turísticos, su permanencia ofrece una oportunidad única para documentar el uso de las canoas.
Navegantes mapuche lavkenche: hallazgo y conservación del wampo en el lago Lanalhue
El descubrimiento es un testimonio directo de la navegación ancestral en el Waljmapu y revela el fino trabajo en madera realizado por el pueblo mapuche.
Manufactura y usos históricos del wampo
Construido colectivamente, el wampo se utilizó para transportar pasajeros y carga, intercambiar productos y realizar actividades cotidianas de pesca y recolección
Una historia desconocida: navegantes mapuche lavkenche
La práctica de navegación históricamente se ha circunscrito a los pueblos del norte o extremo austral, debido a su escaso estudio en los habitantes de las actuales IX y X regiones.
La embarcación hallada en el lago Lanalhue se encontró incompleta y en un avanzado estado de deterioro. Gracias al plan de rescate, hoy se exhibe en la sala 5 de la institución
En marzo de 1996, el wampo descubierto de forma casual en el lago Lanalhue se trasladó al Museo Mapuche de Cañete previa construcción de un estanque techado en el patio de la institución
Hasta el momento, es la única embarcación hallada en territorio chileno que ha sido objeto de un trabajo científico de conservación posterior a su extracción