Exposición a fuego directo de mineral, utilización de vapor de agua para su lixiviación y un proceso altamente mecanizado que prácticamente doblaba la producción fueron los sistemas que se usaron en Chile para obtener salitre.
La explotación salitrera en Chile tuvo tres sistemas básicos de producción. Se les conoció como Paradas, Shanks y Guggenheim.
Llamado también "de fuego directo". Fue ideado por Tadeo Haenke, y utilizado por los pioneros en la industria salitrera en la región de Tarapacá.
Era un método muy precario y rudimentario. Se aplicaba a salitres de alta ley, los que eran calentados a fuego directo en fondos para extraer un nitrato más puro. Operaba con exiguos elementos técnicos y de mano de obra, por lo que requería de escaso capital, equipo, y profesionales.
Su carácter rudimentario conllevaba pérdidas importantes en salitre y gran consumo de combustible. Por todas estas características, este sistema se ha catalogado como preindustrial, artesanal, y se le liga a la población originaria de la zona.
En la década de 1870, el británico Santiago Humberstone (1850-1939) adaptó el Sistema Shanks, inventado en Inglaterra para lixiviar y producir carbonato de sodio con vapor de agua.
Este sistema permitió que los rudimentarios campamentos mineros evolucionaran a auténticas oficinas salitreras, propias de una concepción industrial, que maximiza la gestión y la ocupación del territorio.
El sistema Shanks contemplaba las siguientes etapas productivas y tecnológicas:
- Cateo: análisis del terreno en que se encontraba el caliche.
- Extracción y selección de caliche: ejecutada por numerosos trabajadores, empleados y vigilantes. En la selección participan los operarios, quienes separan las partes útiles del caliche
- Acarreo: el caliche extraído era transportado en carretas a los carros de ferrocarril o directamente a las oficinas salitreras.
- Elaboración de salitre: el caliche era triturado con máquinas chancadoras. Luego, pasaba a los estanques de lixiviación, con aguas de altas temperaturas, con el fin de obtener un salitre de mejor calidad y menos impurezas.
- Cristalización: El producto se colocaba en bateas por varios días para que se enfriara y se cristalizara.
Terminada la operación, se procedía al llenado de sacos y el transporte a los puertos de embarque. Este procedimiento aumentó la producción salitrera, aprovechó el nitrato de menor ley y redujo los costos de producción.
El Sistema Shanks configuró el espacio urbano de las oficinas salitreras en el desierto de Atacama. En torno a sus faenas se asentaron los trabajadores junto con sus familias, se instalaron fábricas, maestranzas y talleres.
Pero cuando Alemania inventó salitre sintético, quedó claro que ésta no era la tecnología más idónea, pues los costos que Chile podía ofrecer a los mercados internacionales eran más altos.
En plena crisis del auge salitrero, se implementó en 1920 el Sistema Guggenheim, propuesto por el ingeniero Elías Anton Cappelen Smith.
Fue financiado por los hermanos Guggenheim, empresarios norteamericanos que mediante este método mejoraron ostensiblemente el proceso productivo, pues se utilizaba nitrato de baja ley y se recuperaba prácticamente el doble del salitre contenido en el caliche.
Las únicas salitreras que implementaron este sistema en la región fueron las oficinas María Elena y Pedro de Valdivia, las que incorporaron capitales y tecnología norteamericana.
Su fundación introdujo un nuevo concepto en el ordenamiento espacial debido a la alta mecanización del proceso productivo.
Estas fueron las únicas oficinas que sobrevivieron a la crisis de la producción de la industria salitrera, y siguieron operando bajo la dirección de la Sociedad Química y Minera de Chile S.A (SOQUIMICH o SQM).
La oficina Pedro de Valdivia cesó sus funciones a partir de 1996. En la actualidad María Elena sigue en operaciones, y es la última oficina en el desierto de Atacama con campamento que elabora salitre.
Registro visual de la industria del salitre en Antofagasta
Instalaciones de las oficinas como las plantas y máquinas para la elaboración del salitre, así como el proceso productivo desde su extracción del salitre hasta su embarque están registradas en imágenes de estas mini ciudades que alberga el Museo de Antofagasta.
Ciclo de la industria salitrera en Antofagasta
Su esplendor se extendió desde fines del siglo XIX hasta inicios del XX. Se inició con el descubrimiento del manto en Salar del Carmen y decayó con el estallido de la Primera Guerra Mundial y la aparición del salitre sintético.
Su arquitectura imitó la de las grandes ciudades fabriles para concentrar el capital y los trabajadores. Se dividían en cuatro secciones, conocidas como campamento, escritorio, máquina y maestranza.
Oficinas salitreras de María Elena y Pedro de Valdivia
Encarnaron el concepto de "ciudad ideal". Su centro era la plaza, donde se concentraba el equipamiento público. María Elena es hoy la única salitrera que opera con un campamento en el desierto de Atacama.
Imágenes muestran en funciones a éstas oficinas, que se caracterizaron por su infraestructura altamente mecanizada.
Fotografías muestran las distintas fases de elaboración del salitre en Antofagasta, y las instalaciones en que éste se trataba.
37 fotografías retratan la instalación de la planta, la vida en su campamento y las faenas productivas.
Perforadoras, pala mecánica, carros y trenes son algunas de las máquinas empleadas para generar salitre.