¡Briófitas en llamas!

Fuente: Museo Nacional de Historia Natural

La llegada del verano, las altas temperaturas, el aporte de material vegetal seco después de la primavera y las mejores condiciones de ventilación son factores ideales para que el fuego de una inocente fogata o parrilla, como también la ignición espontánea en suelos extremadamente expuestos a la alta irradiación, se expandan por sitios eriazos, cerros urbanos o en plantaciones forestales. Basta con ver o escuchar los noticiarios para comprobar los frecuentes incendios que ya han alertado a las diferentes brigadas y voluntarios que al momento de la alarma se reúnen para controlar su rápida expansión.

Bajo este contexto y como especialistas en flora no vascular surgen variadas dudas respecto a los efectos de las llamas sobre musgos, hepáticas y antocerotes (Briófitas). Su sobrevivencia y por supuesto su regreso (re colonización), después de que el fuego ha consumido la vegetación son las principales preguntas. Nuestras explicaciones son esperanzadoras en el sentido de que el pequeño tamaño de ellas las podrían mantienen lejos de las llamas y de las altísimas temperaturas, o que por el contrario, sin importar su pequeño tamaño, el fuego las podría consumir en su totalidad.

Ante dichas consultas la literatura de países como Estados Unidos y Australia nos indican que más que sobrevivir a las llamas, hay especies de musgos del género Funaria Hedw., que luego de un incendio, son capaces de re-colonizar dichas áreas. De esta forma y retomando algunos terrenos realizados el 2012-2013 en el cerro Renca, pudimos confirmar dicha información al observar, en ese entonces, en una pradera de gramíneas, musgos con sus esporofitos calcinados y sus gametofitos con evidentes quemaduras (de tercer grado probablemente!).

Esta especie en particular (Funaria hygrometrica Hedw.), además de estar gravemente quemada por las llamas, estaba surgiendo de entre las cenizas en áreas post-incendios junto a musgos del género Fissidens Lindb., lo cual nos aclaraba por primera vez que si bien no sobreviven al fuego, pueden volver a colonizar dichas áreas al haber las condiciones de humedad y nutrientes necesarios para su establecimiento.

Dichas evidencias nos dejan un poco más tranquilos al saber que seguirán habitando dichas áreas, sin embargo, no sabemos qué ocurrirá con las los gametofitos de las hepáticas talosas complejas (Ej: Lunularia cruciata (L.) Dumort. ex Lindbdon), que suelen compartir hábitat con dichos musgos y con los escasos antocerotes registrados (Paraphymatoceros Hässel), en áreas mediterráneas de Chile central, donde al parecer el fuego tiene un rol importante en la dinámica natural de los ecosistemas dominados por gramíneas y arbustos esclerófilos.