Fotografía e instalaciones
HABITAR EN LO BIODIVERSO: ENVÍO CHILENO A LA IV BIENAL INTERNACIONAL DE ARTE. BEIJING, 2010

Detalle, obra de Rosario Carmona
Obras fotográficas e instalaciones de doce artistas de Santiago y Concepción, presentadas en la IV Bienal Internacional de arte de Beijing en 2010. En el Ala Norte del segundo piso del MNBA desde el 17 de agosto al 25 de septiembre
05/08/2011
Fuente: Museo Nacional de Bellas Artes
La participación del MNBA con una exposición especial en la IV Bienal Internacional de Arte de Beijing durante septiembre del año 2010, respondió a una invitación de la Embajada de la República Popular China y la Federación de Círculos Artísticos y Literarios de ese país. El envío estuvo a cargo del director del Museo Milan Ivelic y la Curatoría de Patricio M. Zárate.
La Bienal se organizó en torno al tema medioambiental y la existencia humana, por tanto la curatoría buscó artistas que de forma propia o incidental hubiesen abordado temas relacionados. Finalmente se reunió obras de los y las artistas Bernardita Vattier, Julen Birke, Rodrigo Opazo, Paula de Solminihac, Francisca García y Rosario Carmona de Santiago; Carolina Maturana, Claudia Inostroza, Nicolás Sáez, Héctor Pavés, Fernando Melo y Jorge Pasmiño de Concepción.
La selección de obras fotográficas e instalaciones se relaciona con dos zonas geográficas de alto desarrollo económico y densidad poblacional en nuestro país, que por ende son afectadas por problemas de concentración urbana, el uso de suelos, la contaminación y la sobrexplotación productiva. Las experiencias de artistas locales de las ciudades de Santiago y de Concepción permiten abordar aspectos amplios como la territorialidad y la relación con el paisaje incluyendo el traslado y el viaje. Para otros artistas es más visible el deterioro creciente del entorno y la calidad de vida de las personas y es posible apreciar en sus obras los efectos de un crecimiento acelerado y sin regulación que afecta tanto a los recursos renovables como los no renovables. Tampoco es ajena a esta muestra la inclemencia de la propia naturaleza que se manifiesta en catástrofes como el terremoto del 27 de febrero del 2010.