Texto por Hernán Puelma

Procesiones por Dentro

Desde Siberia hasta las tres Américas existe una herencia difícil de entender. Por mucho tiempo, el pensamiento simbólico señaló siempre el itinerario de la historia humana, marcando con sus signos el alfabeto, la expresión oral, el primer utensilio del hombre y la obra artística. Ese vasto campo que lleva en sí presentimiento, intuición o fe, tal vez sea ascesis o mística, sin embargo, sólo posee una vía de comunicación para revelar su existencia sin desvelar su misterio ontológico. Es la vida de los símbolos. El lenguaje simbólico orienta acerca de la vida misma, en respuesta a las preguntas de la conciencia. El símbolo no es una explicación, sino una sugestión, una incitación para acceder de entrada a otro plano de aprehensión de lo real. Éste es el camino actual, tratar de entender algo de este complejo recorrido.

Golpe de Destino Un hecho insólito, un accidente, puede ser el origen de una nueva vocación. Cuando hemos sido tocados por un rayo, cuando caemos de un árbol muy alto, o cuando se sobrelleva impunemente una experiencia semejante a una prueba iniciática, sea ésta común o de índole sobrenatural, el hecho es visto como un signo del más allá, una advertencia de que algo inevitable se producirá. Esto va a convulsionar el orden psíquico y desencadenará urgentes determinaciones.

Los Ciclos Es un error creer que sólo vivimos físicamente, con nuestra vida y mentes externas. Continuamente, actuamos en otros planos de conciencia donde encontramos hechos y personas frente a los cuales, cuanto hacemos y sentimos tienen en la vida exterior una importancia y efectos incalculables, desconocidos. No todo lo que vemos o hacemos en esos planos se realiza, y lo que se realiza a menudo toma otra forma en el mundo físico. Todo lo que hacemos y soportamos en la vida física se encuentra preparado detrás del velo, dentro de nosotros, hasta que se cierra finalmente nuestro círculo. La Luz Los términos, el territorio, el país, la patria, las religiones, los orígenes, la geografía, las épocas y por supuesto, el devenir histórico y su consiguiente cronología, producen innumerables fuentes creativas en donde las creencias imperantes se entremezclan. De ahí el sincretismo, los rituales, las palabras mágicas, los sonidos, todas las dimensiones juntas desconocidas. Se enciende entonces una luminosidad que abre nuevas sendas y dentro de nosotros aparece entonces una tenue claridad.

Hernán Puelma Mayo del 2007

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