Con pigmento rojo, de variadas formas y en contextos funerarios o aislados aparecen estas figuras sin uso práctico conocido.

Funciones ceremoniales o simbólicas se han adjudicado a los litos, elaborados por grupos cazadores pescadores recolectores que habitaron el litoral norte de Chile entre 10000 y 8000 años atrás.
A partir del hallazgo en Huentelauquén de "objetos de formas geométricas variadas con caras planas o plano-convexas" (Iribarren, 1961: 5), se definió y dio nombre al complejo arqueológico asociado a restos humanos, conchas, peces, puntas de proyectil y otras herramientas.
Los litos no se asemejan a otras herramientas prácticas conocidas, y tampoco se han detectado en ellos huellas de uso, por lo que aparentemente no cumplieron un rol 'pragmático' y se les atribuyeron funciones 'simbólicas'.
Los métodos de la arqueología son limitados para explicar la significación que le brindaban los grupos del pasado a estos artefactos, pues el acceso a su cosmovisión está mediado por interpretaciones actuales.
Mientras no se pueda contrastar directamente las hipótesis respecto sus usos, las analogías con grupos contemporáneos mediante la etnografía y los avances técnicos permiten acercarse a los modos de vida del pasado.
El arqueólogo Jorge Iribarren vio en los litos un elemento de uso desconocido, que provisoriamente atribuyó a un rito mágico o religioso "en el que intervenían las características piedras geométricas" (1961: 13).
Los diferenció de la Cultura del Anzuelo de Concha descrita por el arqueólogo Junius Bird, y los emparentó con las 'cogged stones' de California, en Estados Unidos (Eberhart, 1961), hipótesis que fueron prontamente desestimadas y no se sostienen con la evidencia disponible en la actualidad.
Con los avances en la investigación de este complejo en el último par de décadas, las interpretaciones se complementaron con información del contexto arqueológico y material asociado.
El sitio Huentelauquén fue interpretado como campamento residencial donde los grupos "enterraban a sus difuntos con ofrendas directamente relacionadas con sus actividades primordiales" (Weisner et al., 2000: 617), y permanecían "tiempos suficientes para confeccionar algunos artefactos y litos pulimentados de probable asociación a ritos ceremoniales colectivos" (Cervellino et al., 2000: 496).
A similares conclusiones llegaron los investigadores de La Chimba 13, quienes propusieron que la función prioritaria del lugar se vinculaba a estos objetos, que:
"Formaban parte de un contexto simbólico, conformado por un conjunto de expresiones ideológicas más que prácticas, las que se manifiestan en la reproducción plástica, ya sea de elementos de uso cotidiano (facsímiles de puntas de proyectil, de pesas y posiblemente de anzuelos) o de concepciones idealizadas (litos geométricos)" (Llagostera et al., 2000: 470).
La presencia de pigmento rojo de óxido de hierro en algunos de ellos expresa una decoración que no responde a necesidades funcionales, lo que reafirmaría su carácter ritual. Esta tintura además aparece en diversos contextos funerarios de pueblos costeros.
El uso de materias primas poco convencionales como fósiles de estructura esponjosa o serpúlidos ratificaría que no habrían cumplido funciones prácticas (Llagostera et al., 2000).
Investigaciones más recientes han postulado que la presencia o ausencia de litos obedecería a la funcionalidad de las locaciones y la realización de actividades de tipo ceremoniales en ellas (Jackson y Méndez, 2005; Salazar et al., 2013).
Su técnica de elaboración ha sido escasamente estudiada, pero se sabe que mayoritariamente les daban forma a bloques o cantos de roca de grano grueso mediante piqueteado y abrasión.
Litos geométricos del Complejo Huentelauquén en el Limarí
Estrellas, círculos, hexágonos y cuadrados tallaban, pulían o picaban en rocas para usos presuntamente rituales los antiguos habitantes de la costa norte de Chile.
Antiguos cazadores pescadores Huentelauquén en el norte semiárido
A lo largo de la costa y las quebradas se asentaron los antiguos cazadores recolectores pescadores del complejo Huentelauquén en el Arcaico temprano.
Eran rojizos, naranjos, grises o negros, y elaborados sobre rocas ígneas o granito, más resistentes que los encontrados en los asentamientos del norte árido de esta cultura.