Firmado en la década del setenta, Cites es uno de los primeros acuerdos globales acerca de la protección de las especies en peligro de extinción. Su importancia ha crecido a la par que el interés sobre el cuidado del medio ambiente durante los últimos treinta años.
Los antecedentes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites) se remontan a la década del sesenta, cuando el interés y la información respecto a la necesidad de regular el comercio de la vida silvestre todavía eran escasos. En 1972, se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, y la problemática ambiental se tomó la agenda internacional.
Esta preocupación se acrecentó en los noventa producto de la firma de numerosos tratados multilaterales y regionales y del impacto mediático que adquirieron movimientos ecologistas y animalistas. La Conferencia de Río de 1992, por ejemplo, puso en marcha un nuevo marco legal internacional para aumentar los instrumentos jurídicos tendientes a limitar el impacto económico y tecnológico sobre el medio ambiente (PNUMA 2010).
Hasta hoy, los acuerdos suscritos por los Estados garante de Cites apuntan en dos direcciones. Primero, resguardar que la libertad de comercio no sea perjudicial para la sobrevivencia de las especies en su hábitat natural, y segundo, asegurar que la comercialización de flora y fauna silvestre cuente con permisos legales. Para lograr ambos objetivos, las partes designan autoridades científicas y administrativas encargadas de reglamentar, monitorear y controlar la internación de las especies protegidas en los tres apéndices.
Uno de los mayores éxitos que ha tenido la Convención ha sido proteger a las especies que están en peligro de extinción, sobre todo las contenidas en el apéndice I, como tigres, elefantes y ballenas. Entre ellas, destaca la vicuña de los Andes sudamericanos, el camélido más pequeño que existe y el que produce la fibra más fina comerciable en el mundo. En los sesenta, se encontraba prácticamente extinguida y, gracias a la labor de Cites, en los noventa recuperó su población y pasó del apéndice I al II, lo que permite que hoy su lana se pueda vender con un permiso especial.
Para el jefe de Asuntos Jurídicos y Política Comercial de la Secretaría de Cites, Juan Carlos Vásquez, este ejemplo ilustra el desarrollo sostenible de una especie nativa, pues desde tiempos ancestrales el trasquile de la vicuña ha permitido el sustento de las comunidades altiplánicas. En la actualidad, los indígenas cuentan con un permiso legal para limpiar su fibra y comercializarla en mercados europeos y asiáticos, lo que ha transformado a Perú en el principal exportador de este producto (2010, 316).
Otro ejemplo es la protección de los elefantes africanos que se cazan para traficar sus colmillos y de veintitrés de las veintiséis especies de cocodrilos cuya piel se comercia. Ambos animales recuperaron su población y pasaron de la categoría «en peligro de extinción» a la de «no necesariamente amenazadas».
En la actualidad, los Estados y, sobre todo, las comunidades locales incluyen en sus campañas de sensibilización y educación especies menos conocidas que no necesariamente están en los apéndices de Cites, pero que son sometidas a formas igualmente crueles de captura y comercialización.
Aunque es una de las pocas convenciones legitimadas y respetadas por un amplio número de países, Cites ha sido objeto de reparos de diversa índole. Las críticas, en términos generales, se refieren a consideraciones pragmáticas y éticas:
Pese a estas críticas, la efectividad de las medidas adoptadas respecto a las vicuñas, cocodrilos y elefantes, por ejemplo, demuestra la importancia de contar con marcos legales internacionales que regulen el libre mercado de especies. Asimismo, evidencia que los esfuerzos conjuntos de autoridades, Estados y ciudadanía son vitales para lograr un desarrollo sustentable y cambiar la situación que afecta a la flora y fauna silvestre del planeta.
Proteger la biodiversidad: convenio Cites en Chile
Para conmemorar la firma del convenio Cites en 1975, el Museo de Historia Natural de Valparaíso organizó una muestra destinada a sensibilizar, educar y generar conciencia sobre el tráfico ilegal de vida silvestre.
Regulaciones y normativas de Cites: breve recorrido histórico
Cites es un acuerdo multilateral que regula el comercio de flora y fauna silvestre. Es uno de los primeros pactos firmados por Estados de los cinco continentes.
En agosto de 2016 el Congreso Nacional aprobó una nueva normativa que ratifica el convenio Cites y sanciona con mayores penas el tráfico ilegal de especies.
El tráfico de vida silvestre es el cuarto delito de este tipo en importancia mundial, luego de la trata de personas, la venta ilegal de armas y el tráfico de drogas.
En 2015 el Museo inauguró una exposición para dar a conocer la situación de la vida silvestre protegida, educar en la protección de sus ecosistemas y promover comportamientos ciudadanos responsables.