El trabajo de este autodidacta inmortalizó retratos de primera comunión y de novios, al igual que bandas de bomberos y futbolistas de barrio. Paisajes, desastres naturales y edificios completan su registro.
El archivo fotográfico de Gilberto Provoste (1909-1995) del Museo de Sitio Castillo de Niebla, reúne más de 2000 placas negativas en vidrio donadas por la familia de este fotógrafo social, quien retrató a los habitantes de 1930 y 1940 de las ciudades de Castro, Ancud, Puerto Montt y Aysén. Además de paisajes, compañías de bomberos, carabineros, ceremonias religiosas, festividades y desastres naturales.
Procedente de la Décima Región, Gilberto Provoste Angulo se inició en la fotografía de forma autodidacta. Ejerció su profesión sin pretensiones artísticas y como una posibilidad de solventar sus necesidades materiales y económicas.
Se asentó en Castro en 1933 para convertirse en uno de los fotógrafos oficiales de la zona, permitiéndole retratar a diversos actores de la comunidad. Su estudio fotográfico se ubicó entre las calles de Lillo y Blanco, donde llegaban familias o personas solteras para ser captadas por su cámara (Matthews: 1997, p. 11).
Los registros de Provoste se caracterizan por haber captado a niñas y niños en celebraciones de primera comunión, a parejas de recién casados, a recién nacidos, a mujeres de clase alta y a familias completas.
Por motivos de conservación, esta colección no forma parte de la muestra permanente del Museo, y las temáticas que abordan primordialmente sus fotografías son la vida social, la arquitectura típica de la zona, edificios públicos, actos cívicos, ceremonias religiosas y diversas celebraciones ciudadanas.
Estas imágenes, que destacan por su carácter documental, retrataron el desarrollo urbano de la décima región. Se distinguen fotografías de edificios de Castro y Ancud que desaparecieron con los grandes incendios de 1936 y 1939, y con el terremoto de 1960, como el cuartel de bomberos, el obispado y la catedral. (Matthews: 1997, p. 11).
El legado de Provoste se instaló en la memoria social y colectiva de las comunidades en donde participó, convirtiéndolo en uno de los fotógrafos más destacados del sur de Chile.
Sus imágenes inmortalizaron a personas y a grandes grupos como bandas de bomberos, futbolistas de barrio, sacerdotes y religiosas, clubes de aeronautas, el tren de Ancud a Castro, al igual que lugares, tragedias y situaciones particulares.
Esto lo llevó a ser tematizado por el poeta popular Mario Cárdenas Godoy, en sus "Décimas a Gilberto Provoste", en donde relata la importancia de este fotógrafo local:
Yo brindo por Don Gilberto
Y sus fotos del ayer
Por sus hijos, su mujer
Que aún viven en nuestro puerto
Sus retratos no se han muerto
No han caído en saco roto
Miles y miles de fotos
Están en álbum y hogares
También la furia de mares
Y el horrible terremoto.
Las fotografías de Provoste reproducen momentos y acontecimientos históricos que fueron captados con su cámara de triple vista británica. Sus imágenes de estudio las acompañaba con una simple cortina oscura que variaba de acuerdo a las posturas de los sujetos fotografiados (Matthews: 1997, p. 11).
La importancia de su obra radica en el registro gráfico de diversos acontecimientos que marcaron una parte importante de las comunidades en las que participó. Vestigios que colocan a su trabajo, como material de estudio en términos historiográficos y artísticos.
MATTHEWS, Mariana. Provoste. Lom Ediciones y Editorial Kultrún: Valdivia, 1997.
MATTHEWS, Mariana. Los testigos y sus huellas [documental]: fotógrafos del Sur de Chile, Valck, Provoste, Sandoval. Valdivia: Corporación Municipal Cultural Valdivia, 2008.
Asentamientos humanos y bosque nativos de Castro y Aysén caracterizan estas imágenes, centradas en los ríos.
Con una cortina oscura e indicaciones de posturas capturó la vida de la elite y clase media de Castro.
Ciudadanos devastados con la destrucción de sus casas y negocios fueron captados por el fotógrafo Gilberto Provoste.
Placas retratan eventos sociales, personajes y vistas de Castro, Ancud, Puerto Montt y Aysén a inicios del siglo XX.
Registro muestra la incorporación de elementos escénicos y objetos religiosos como santos y vírgenes que acompañan a niños y niñas en su segundo sacramento.
Palafitos, embarcaciones a vela, buques de la armada chilena, vapores y chalupas de pescadores artesanales figuran entre estas imágenes.
Crecimiento de Castro, Ancud, Puerto Montt y Aysén entre 1930 y 1950 está plasmado en estas imágenes que muestran sus edificios y calles.