Origen, fulgor y vigencia del Valdiviano

Autor: Jorge Torres Ulloa
Editorial: Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos
Año: 2001
Tipo de publicación: Libros
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 Descargar5652.3kbFuente: Museo de Sitio Castillo de Niebla
- Reseña- Jorge Torres Ulloa, poeta, editor, actor y cantante de tangos y boleros y cocinero estupendo (nacido en Valdivia en 1948 y muerto en la misma ciudad en 2001), nos entrega en este, su último libro, los resultados de varios años de sabrosas pesquisas en torno al origen y tradición de un plato valdiviano desde el nombre y hondamente enraizado en el nacimiento y desarrollo de la ciudad de Valdivia. - Ensayo literario, monografía, recetario y exégesis de su asunto central, el libro recorre con gracia los laberintos de la historia local y sus derivaciones nacionales y aún sudamericanas y los escenarios de su memoria personal y familiar, donde pervivían personajes y espacios de una ciudad ya desvanecida en la polvareda del presente, aunque perceptible en los trazos de algunas esquinas y casas y tal vez en el río que sigue corriendo indiferente a los destinos humanos. - Desemboca (el libro) en unas recetas que podrían ser, para los lectores de gusto curioso e imaginativo, un modo de acercarse al pasado que el libro estudia con tanto afecto, y porque el valdiviano es, si aceptamos la propuesta de Jorge, un trozo vivo del pasado que, en manos diligentes, esparcirá mucho de su aroma y sabor. - Ricardo Mendoza Rademacher - Índice
 Prólogo (Ruperto de Nola), 7
 De Entrada, 11
 Lomo, Huachalomo y Guachecogote, 13
 Ojo al Charqui, 29
 Lo Crudo, Lo Cocido y Lo Sabroso, 35
 Encuentro con el Poeta de las Naranjas Agrias, 41
 El Valdiviano de «La Marichen», 51
 Entrando en la Materia, 55
 Valdiviano de Viña Vieja, 55
 Valdiviano, 57
 Valdiviano de Don Ruperto, 58
 Valdiviano de Doña Tita, 62
 Apéndice: Procedimiento para la Fabricación
 Casera de Charqui de Vacuno, 73- Fragmento- "El único lugar de la geografía chilena que va camino 
 de ser tan paisaje como aquellos es Valdivia, por donde
 anduvieron esos héroes desastrados que descubrían,
 fundaban y perecían luego tragados por la espesura, y
 por cuyas aguas Lord Cochrane, gringo romántico si es
 que hay alguno, llevó a cabo sus legendarias proezas, y
 donde se inventó el más propio y más chileno de todos
 los caldos y caldillos, el valdiviano. Único plato en verdad
 chileno, sin raíz ni conexión con nada de lo que comen y
 beben nuestros vecinos hispanoamericanos. Ni charquicán,
 ni empanadas, ni pasteles de choclo ni humitas ni
 vino tinto ni demás folclorismos son chilenos tan chilenos
 como quisiéramos: todo eso pertenece a la cornucopia
 de los Andes del Sur en sus dos vertientes, oriental y
 occidental. En cambio el valdiviano, guiso mojado, como
 conviene al lugar tan regado y llovido que lo vio nacer, es
 natural de aquí y sólo de aquí. ¡Ir a Valdivia a comer ese
 caldo humeante con harto charqui, cebolla y ají, más su
 guapo huevo flotante, que ha de estar ahí aunque cause
 escolásticas querellas!"







