Bicentenario. Un desafío cultural

En el año 2010, Chile conmemorará el Bicentenario de su nacimiento como nación independiente. Aunque su historia y orígenes se remontan a un tiempo mucho más remoto, ésta será una ocasión privilegiada para revisitar el pasado y descubrir, a través de la mirada siempre cambiante del presente, aquellas huellas que adquieren nuevos sentidos y una renovada vigencia. Asimismo, será una oportunidad excepcional para promover un proceso amplio y participativo de los ciudadanos en la identificación, puesta en valor y resignificación de aquellos bienes y manifestaciones que forman parte de nuestro patrimonio cultural y que han marcado la historia de los últimos cien años. El estudio del PNUD, Nosotros los chilenos, un desafío cultural (2002), señala: "es a través de las dinámicas del campo cultural que las personas obtienen y procesan los materiales culturales básicos con los cuales se moldea el imaginario colectivo". Este documento hizo visible un problema de larga data pero que, en los últimos años se ha manifestado de manera ampliada: la débil imagen de sociedad, pertenencia e identidad existente en nuestro país; así como también la escasa valoración de la vida en sociedad, y la fragilidad del tejido social. La constatación de esta realidad puso de relieve la importancia de las políticas culturales y por ende, de las políticas relacionadas con el patrimonio, ya que una efectiva democratización de la sociedad requiere la ampliación del acceso a las más diversas expresiones culturales, pero también, y como condición de la diversidad y el pluralismo, requiere garantizar a todos la capacidad de apropiación de la herencia cultural, y la posibilidad de participar en los procesos de selección y definición de lo que se considera socialmente "memorable" o patrimonial. Particular importancia tiene entonces la reflexión acerca de las políticas institucionales, explícitas o tácitas, que al tiempo que consagran y oficializan el carácter "patrimonial" de determinados bienes o expresiones culturales, relegan también a otros, conformando zonas de exclusión. Es por ello que la participación de las comunidades en estos procesos, a fin de hacerlos más inclusivos, adquiere tanta significación. En este marco, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, se ha propuesto promover el rol de los ciudadanos y las comunidades en los procesos de valoración, apropiación y recreación del patrimonio cultural; aportar al rescate de la memoria colectiva en ámbitos significativos para la sociedad; y contribuir a un acceso mas equitativo a los bienes culturales. Para alcanzar estos objetivos, la Dibam viene desarrollando una serie de iniciativas y programas en las áreas de bibliotecas, archivos y museos orientadas a la renovación de la infraestructura y la museografía, la digitalización de las colecciones, la implementación de servicios digitales, la ampliación de la cobertura y el acceso de la población a los más diversos bienes culturales y recursos de información. Durante los próximos cuatro años se proyecta promover la activa participación de las comunidades locales y regionales, en procesos de identificación de aquellos bienes materiales e inmateriales, en los cuales los ciudadanos reconocen un valor patrimonial. Estas actividades contemplarán diversas modalidades incluyendo la fiesta como expresión de la cultura popular, así como la organización de seminarios y exposiciones; la publicación de obras impresas y contenidos digitales; la renovación y diversificación de las colecciones patrimoniales. Ciclos de cine y audiovisual; encuentros gastronómicos locales; reposición de obras teatrales y coreográficas destacadas, e innumerables actividades que irán surgiendo de las propias comunidades serán también parte de este proceso de valoración del patrimonio, impulsado por la Dibam.

Recursos adicionales

readspeaker