Una historia de mujeres



 

Esta historia comienza el 9 de enero de 2007. Un día antes de cumplirse los 50 años de la muerte de Gabriela Mistral, el mundo entero conoció la noticia: Doris Dana había fallecido. Doris acompañó a Gabriela durante los últimos diez años de su vida, fue su amiga, su secretaria, su enfermera, su confidente... “Las vidas que se juntan aquí, se juntan por algo”, dijo una vez Gabriela a su amiga.
 
Con su muerte comenzó la curiosidad... Ya en 1965, gracias a Magda Arce, habían sido encontrados en el garage de una de las casas de Gabriela Mistral, en Anapamú Street N° 729 en Santa Bárbara, California, nueve baúles con cerca de setenta mil páginas de documentos inéditos de Gabriela... Esos nueve baúles fueron trasladados a las casas de Doris Dana, en Nueva York y en Washington D.C. y, algunos años más tarde, fueron microfilmados por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
 
Más de cuarenta años habían pasado, pero la pregunta persistía ¿Eran esos documentos los únicos que quedaban?
 
Doris Atkinson, sobrina y albacea de Doris Dana, fue la encargada de develar el misterio... según sus propias palabras entrar en cada casa, hurgar en cada rincón, era un verdadero descubrimiento... Pequeños “tesoritos” esperaron por años ser encontrados; sortearon la itinerancia de una vida; viajes, traslados, cambios de casa y sobre todo, el tiempo... Habían sido recolectados con la paciencia del que sabe que lo que guarda es un pedazo de historia. Gracias a sus secretarias y amigas: Laura Rodig, Amantina Ruiz, Palma Guillén, Florida Pradera Urquieta, Consuelo Saleva, María Urzúa y Doris Dana, cada carta, poema, álbum de foto, retrato, libro, pasaporte, regalo o dibujo pudo llegar hasta nosotros.
 
Luego, fue el tiempo de las decisiones. El 11 de mayo de 2007, en Washington D.C., y tiempo después de su visita a Chile, Doris Atkinson firmó la Designación de Beneficiarios, que estipula que los manuscritos, primeras ediciones y objetos personales de Gabriela serían entregados a Dibam en un plazo aproximado de dos años.
 
Sin embargo, no fue necesario esperar tanto. El viernes 7 de diciembre de 2007, más de 168 cajas de objetos, papeles, discos y fotografías llegaron a la Biblioteca Nacional, y el miércoles 26 de ese mismo mes, los objetos personales de Gabriela fueron entregados en una ceremonia oficial al Museo Gabriela Mistral de Vicuña. Comenzaba el desafío.
 
Después de tres años, el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional concluyó la ardua tarea de investigar, restaurar, catalogar, microfilmar, digitalizar y poner en línea todo el legado mistraliano. Son 18 mil 32 piezas y 84 mil fojas que esperan ahora ser desentrañadas para descifrar sus verdaderos alcances, literarios, políticos, históricos y sociales. A nivel mundial, es el archivo más completo sobre la maestra del Elqui.
 
Memoria Chilena pone a disposición de sus usuarios la Sala Mistral  como una ventana al legado y contenido de aquellas 168 cajas. La sala virtual, que nació sin grandes pretensiones, ahora encanta a ciudadanos de todo el mundo deseosos de descubrir aquellos mismos papeles y fotografías que, hace algunos años, descubrió  maravillada Doris Atkinson.
 
Recordamos que los derechos de autor de la obra de Gabriela Mistral se encuentran, según su voluntad, en poder de la
que los derechos de autor de la obra de Gabriela Mistral se encuentran, segúnsu voluntad, en poder de la Orden Franciscana para beneficio de los niños de Montegrande.