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El grupo Mandrágora

El grupo Mandrágora se formó en 1938. En su fundación participaron Teófilo Cid, Braulio Arenas, Enrique Gómez Correa y también los poetas, Carlos de Rokha y Jorge Cáceres. Inspirados en la poesía surrealista francesa, los mandragóricos fueron orientados en sus comienzos por el escritor Vicente Huidobro, quien se convirtió en un maestro para ellos, tal como indicó en varias ocasiones Teófilo Cid: "nos ayudó a movilizar conceptos que, de no haber contado con su sostén, habrían marchitado por falta de riesgo adecuado (...). Concentró a una verdadera cohorte de almas ávidas de cultura europea. Yo no sé lo que pudo ser de ese grupo sin ese alero familiar, abierto en fogosa discusión de ideas y el examen crudo de la realidad del país" (Calderón, Alfonso. "La noche oscura del alma", Ercilla (2156): 55-57, 24 de noviembre, 1976). Por su parte, Huidobro llamaba a Cid "mon cher Theófile", considerándolo el joven más promisorio de su tiempo.

El grupo Mandrágora se propuso renovar el ambiente literario y la poesía chilena de esos años. Para ello, realizaron diversas acciones para hacerse notar en el medio intelectual santiaguino. Entre éstas efectuaron recitales de poesía negra en la sala de conferencias de la Universidad de Chile, exposiciones y editaron una revista, donde además de difundir los postulados del surrealismo, publicaron la correspondencia mantenida con los mismísimos surrealistas franceses: André Bretón, Benjamín Péret y Phillipe Souppault, causando el asombro de los escritores de su generación. Respecto a lo anterior, el teórico Altenor Guerrero comenta: "Convengamos en que los mandragóricos realizaron un milagro: transformar la aldea de Santiago en una ciudad internacional, cosmopolita" (Guerrero, Altenor. "Teófilo Cid o la razón ardiente", Boletín de la Universidad de Chile (106): 73-77, octubre, 1970).