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La colección Casanova Vicuña está compuesta por fotografías que reflejan el acontecer cotidiano de la familia entre los años 1919 y 1930. Se trata de un total de 389 imágenes individuales y álbumes familiares donados por Juan Antonio Casanova Mora, en agosto del año 2019, al Archivo Fotográfico y Audiovisual de la Biblioteca Nacional.

La familia Casanova Vicuña estaba conformada por el pintor Álvaro Casanova Zenteno, Cecilia Vicuña Subercaseaux y sus 6 hijos. Cada uno de ellos desarrolló alguna faceta artística por lo que esta colección constituye un importante aporte para la historia artística nacional. Del mismo modo, puede servir como fuente para investigaciones en esta área, ya que permitiría analizar tanto el desarrollo de las artes nacionales durante la primera mitad del siglo XX, como también, aspectos sociológicos de la época. En general la colección se compone de fotografías tomadas por aficionados, por lo que destacan por su espontaneidad y soltura. Se registra un número importante de registros de paseos en el campo y en el litoral central en los que se reflejan las costumbres y diversiones de la época. Forman parte también de este conjunto, fotografías de edificios y vistas de Santiago y Zapallar.

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La donación de la colección consideró tanto la entrega de los materiales físicos debidamente conservados, como la digitalización en alta resolución de los mismos. Luego de los procesos técnicos asociados al ingreso de los materiales al Archivo Fotográfico, los materiales fueron organizados en 87 registros, 84 simples o individuales para las fotografías de viajes y fiestas familiares, y tres registros complejos (conjunto de imágenes) para los álbumes entregados por la familia.

Gracias a la entrega de la colección debidamente documentada y digitalizada, el proceso de catalogación se realizó de forma fluida y sin mayores inconvenientes en plazos estimados en un mes de trabajo de dedicación no exclusiva. La mayor parte de este proceso estuvo destinada a la incorporación de toda la información a cada registro, dado que -afortunadamente- existía gran detalle en la identificación de lugares y fechas de los documentos. Esta información fue incorporada por los profesionales catalogadores en cada uno de los registros de la forma más completa posible. Asimismo, previo a este proceso, se procedió a la revisión delos estándares técnicos de cada una de las digitalizaciones entregadas, tras lo cual se procedió a la edición de los documentos que lo requirieran para posteriormente proceder con el renombramiento de los archivos para su almacenaje de acuerdo con los procedimientos de preservación digital de la Biblioteca Nacional.

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